Mantenido hasta ahora en el Museo como obra de "R. Madrazo"" sin definirse su autoría entre los hermanos Raimundo y Ricardo de Madrazo, el retrato presenta los rasgos formales más característicos del estilo de este último, a quien corresponde igualmente la grafía de la firma, por lo que ha de adjudicarse rotundamente a este artista. En efecto, el delicado tratamiento de las carnaciones, el toque trémulo en el modelado de las facciones y el resalte de los brillos, y cierta simplicidad general de la técnica se corresponden con la grafía más personal de Ricardo, siempre a distancia de los soberbios retratos pintados por su envidiado hermano Raimundo, aunque por lo general consigue, como en este caso, infundir a sus modelos cierto halo de ternura y proximidad que les hace mucho más reconocibles e inmediatos que los retratos de éste. [...] Identificada la joven como la hija del gran compositor navarro Joaquín Gaztambide (1822-1870), el retrato hacía pareja con otro -espléndido- de su padre, pintado también por Ricardo de Madrazo, de idénticas medidas y que perteneció igualmente a la colección de José Lázaro.