San Pedro
Representado en su iconografía de primer Papa, está revestido de pontifical, con la triple tiara, símbolo de la Trinidad divina. Alza su mirada al cielo mientras sostiene en una mano la cruz pontificia y en la otra las llaves, que extiende hacia un angelito, que porta la maqueta de una iglesia. Tras él, otro mancebo abre el libro de las Sagradas Escrituras.
Considerado por Camps Cazorla como obra del primer tercio del siglo XIX, en el ciclo de Vicente López, es pintura que parece, desde luego, pertenece a la escuela valenciana por su factura y colorido brillante, aunque haya de descartase por completo su atribución a López, de grafía y estilo bien distintos en este tipo de cuadros religiosos de pequeño tamaño. Aunque su formato le da apariencia de un posible boceto, no así su factura, escrupulosamente minuciosa y atenta al detalle, por lo que pudiera más bien tratarse de un lienzo destinado a la devoción privada.
CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). DÍEZ, José Luis. La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano. Valencia: Fundación Bancaja, 2005. p. 414.
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