Brinco o pinjante de cadenas que representa una nave con un perro y dos personajes. Realizada en oro esmaltado a reserva,el casco de la nave es de nácar, quizás formado por secciones de berruecos, unido por un arco de oro esmaltado a reserva de celeste opaco, con decoración de ovas y fajas. La proa y la popa presentan similar decoración, con detalles en blanco y volutas al final de las barandillas. La proa remata en una cabeza de pájaro, posiblemente un águila, esmaltado su pico de amarillo ocre y la cabeza de azul verdoso. En la borda, ornamentación de esmalte embutido formando roleos negros y, a cada lado, hilera de tres rubíes talla tabla en bocas de engaste festoneadas. Las maderas de la cubierta vienen figuradas por decoración incisa, rayada y franjas de esmalte negro. sobre esta se eleva un mástil con su cofa y banderola que sustenta una vela triangular en la que aparece esmaltada una cruz latina, sobre fondo blanco, entre un ramo de olivo y una palma. cuatro hilos torsos simulan el cordaje. Sentada a popa, una figura masculina de bulto redondo, tocada con gorro turco, lleva un gran bigote y tiene chaquetilla esmaltada de verde de trasflor, así como pantalones ocre, cortos.En la proa, una mujer desnuda con casco, sujeta con una cadenilla un perro blanco, manchado de marrón, mientras parece señalar algo, que falta. LAs carnaciones son blancas. Tres ramales de cadeillas se unen en su parte superior mediante un motivo en forma de palmeta invertida, esmaltado de verde, blanco y azul celeste, con pintas de oro esmaltadas a reserva.
La nave concuerda en su estructura con modelos de la época, si bien ese no es un dato concluyente para garantizar la autenticidad de una pieza (...). En este caso, el pinjante o brinco parece representar una escena simbólica, pues su vela indica la presencia de la cruz victoriosa, quizás también aludiendo a la Santa Inquisición, aunque en vez de espada figura una palma y la cruz no es verde, error muy común en las imitaciones del siglo XIX. Las figuras podrían interpretarsede acuerdo con su aspecto pues, de manera indubitable, el personaje masculino está caracterizado como turco, por el sombrero y los bigotes, mientras que la mujer desnuda y con yelmo, quizás haga alusión a la verdad desnuda y militante o a Minerva, como diosa de la sabiduría. En cuanto al perro manchado, podría simbolizar a la Orden Dominicana, los "Domini / canes", o perros fieles de Dios. Sin embargo, la presencia de un desnudo, por muy simbólico que se intente presentar, resultaría chocante en el panorama de la joya devocional española en torno a 1600, especialmente en asuntos relacionados con el Santo Oficio. Por otra parte, si realmente la figura representa un turco, podría pensarse en una referencia a la batalla de Lepanto, pues la Cristiandad fue figurada como Ariadna, en cuyo caso, Perseo sería el perro, lo que resulta casi irreverente y también extraño, especialmente porque, a pesar de tener las preceptivas manchas no son negras sino marrones y falta la tea que, de acuerdo con la iconografìa dominicana, debería portar en la boca. Por tanto, caben varias posibilidades: a) que la pieza sea original, con una simbología sin paralelos conocidos; b) que la pieza esté parcialmente manipulada, como sucedería si se hubiese añadido la vela donde se hayan las armas del Santo Oficio, para hacerla pasar como pieza relacionada con la Inquisición, tema muy solicitado por los coleccionistas; y c) que la pieza sea una imitación, de iconografía incoherente. (...) El barquito presenta un buenacabado, con la paleta cromática específica de los esmaltes españoles del siglo XVII, salvo la presencia de un esmalte verde translúcido claro que no hemos hallado en piezas de época. Por tanto, aunque sospechamos que es historicista, carecemos de argumentos, salvo los expresados, para considerarla definitivamente como tal.
ARBETETA MIRA, Letizia. El arte de la joyería en la colección Lázaro Galdiano. Segovia: Caja Segovia-FLG, 2003. p. 77, nº 38. CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). LÓPEZ REDONDO, A.; et álii. Hora y media en el Museo Lázaro Galdiano. Madrid: FLG, 1999.