La pieza es una reproducción a su tamaño del broche de capa de coro que se conserva en la catedral de Aquisgrán y que Fritz, por coincidencias formales con otras de sus obras seguras, atribuye a Hans von Reutlingen, el gran platero de Aquisgrán y uno de los artífices que mejor representan el fótico final, que trabajó para los emperadores Maximiliano y Carlos V; documentado ya en 1486, es conocido como maestro desde 1492 hasta 1528. Las diferencias con la pieza original (Fritz, nº 943) son bastante insignificantes con una excepción: en el broche auténtico, bajo la peana, está el escudo del cliente, que no ha sido identificado. Otras variaciones menores son la colocación de la perla central, que está sobre el Niño en la otra pieza, y la ausencia de otra a espaldas de la Virgen, además del distinto dibujo en sus guarniciones; también el pináculo sobre la cabeza de María es distinto y más largo en el broche madrileño. Por último, el fondo original tiene una tracería grabada siguiendo la forma trilobulada. Como ya ha explicado Yvonne Hackenbroch (...), poco antes de 1865 se hizo una docena de copias de la pieza de Hans von Reutlingen -que ella considera que era un portapaz- con algunas pequeñas variantes, y en la subasta de la colección Antoine Jos. Essing, celebrada en Colonia en aquel año, se vendió uno, del que se incluye una ilustración en su trabajo, semejante al de la colección Lázaro.(...).