Si los ejemplares de la colección Oppenheimer ya plantean dudas de atribución a los especialistas en la obra goyesca, las dos copias [otra que reproduce el otro boceto en la colección Herrán de las Pozas de Bilbao], y en concreto ésta, adquirida por José Lázaro como original del aragonés, sugiere igualmente interesantes hipótesis. [...] Para unos y otros ejemplares se ha sugerido en alguna ocasión el nombre de Asensio Juliá, conocido ayudante de Goya en los frescos de San Antonio de la Florida y que, en buena lógica, hubo de ensayarse en las trazas de la composición del maestro, pudiendo perfectamente esbozar las escenas principales en lienzos de pequeño formato para utilizarlos como modelos de referencia. Sin embargo, la personalidad artística de Juliá, no suficientemente definida todavía, hace aventurado cualquier suposición al respecto. No obstante, tanto el ejemplar de Herrán de las Pozas como su compañero de la Fundación Lázaro presentan muy estrechas semejanzas estilísticas con las pocas obras seguras de este discípulo de Goya. En efecto, los contornos difuminados de las figuras, los negros empastados que ocultan los ojos tras una simple sombra y la sensación general de emborronamiento de los grupos de personajes son características del lenguaje plástico de Juliá, a quien muy bien podrían pertenecer estas dos copias.