Cruz de Santo Domingo
Hábito de perfil piriforme realizado con dos medias perlas de similar tamaño, cuya unión queda oculta por lámina de ¿oro? cargada por un cordón escarchado y esmaltado de blanco y celeste, que remata en unas hojas osteniendo la argolla. Sujeta, con remaches y soldadura lateral, una cruz recortada, blanca y nega, con brazos flordelisados, similar a otra del frente, sujeta únicamente por los remaches superior e inferior.
Se trata de un hábito con la cruz de Santo Domingo, vinculado por tanto a la Inquisición. Sigue la moda de colocar el distintivo sobre un cabujón de piedra o sobre una gruesa perla, que en este caso no es tal, sino dos medias perlas o fragmentos de madreperla simulando una grande, periforme, uso de gran aceptación a finales del siglo XVII, momento al que parece corresponder esta alhaja.
ARBETETA MIRA, Letizia. El arte de la joyería en la colección Lázaro Galdiano. Segovia: Caja Segovia-FLG, 2003. p. 174, nº 142. CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950).
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