El cuadro fue largo tiempo considerado retrato del Infante Don Gabriel, hermano de Carlos IV, y reproducido como tal, pero Jesús Urrea ha demostrado cumplidamente la identificación del personaje retratado y las vicisitudes del lienzo, que procede directamente de la Colección Real y figuró en el Museo del Prado. [...] El retrato es un buen ejemplo de la técnica un tanto seca y envarada de Inza en los años iniciales de su carrera pues, nacido hacia 1736, debía contar unos 25 años en 1760 cuando, como dice el inventario, llegó a España la familia real. Urrea supone que debió pintarse poco después del mes de junio de ese año, cuando la Corte se instaló en la capital, o algo después, tras el luto que hubo de vestir a la muerte de su madre la reina Maria Amalia, acaecida en septiembre del mismo año; y que quizás los dos retratos, éste y el de su hermano, no estén hechos directamente del natural sino valiéndose Inza de algún retrato previo, quizás traido de Italia, donde Giuseppe Bonito había retratado a toda la familia.