Desde que fuera publicado en las Referencias Lacoste como retrato de José de Espronceda (1808-1842), ha sido reproducido en varias ocasiones como efigie juvenil de este escritor; identificación que ya Camps Cazorla puso en duda, y que se descarta sin dificultad por la simple comparación de los rasgos faciales del personaje de este lienzo con el rostro del autor de La canción del pirata, bien conocido a través d elos retratos seguros conocidos [...]. Resulta muy interesante, sin embargo, que enla entrada a la biografía del escritor romántico de la enciclopedia Espasa se reproduzca el presente retrato de la colección Lázaro como obra del pintor madrileño Antonio Mercar, artista recuperado hace tan sólo unos cuantos años y prácticamente desconocido en los tiempos de dicha publicación [... ]. Sorprende, por tanto dicha atribución, tan sugerente como atinaad ya que, en efecto, el retrato está resuelto con una textura plástica que recuerda de cerca -sobre todo en los ropajes-, la precisión dibujística de Zacarías [González Velázquez] y la habilidad aprendida de éste por Mercar [...]. sin embargo, el rostro está resuelto con un modelado muy marcado que endurece considerablemente las facciones del modelo, y que carece de las trasnsparencias luminosas habituales en otros retratos de este artista.