San Antonio de Padua
Así, el presente boceto ilustra el pasaje ocurrido durante la predicación del santo en la ciudad de Rímini, donde, a la vista de la poca atención que le dispensaban los escasos curiosos que habían acudido a escucharle, dirigió su sermón a los peces del río cercano, que sacaron la cabeza del agua para atender embelesados las palabras del santo franciscano, ante la perplejidad de tan incrédulo auditorio.
Compañero del nº 6854, que representa el conocido episodio de la vida del santo de Padua del Milagro de la mula, ambas pinturas, perfiladas en medios puntos, son sin duda bocetos preparatorios para cuadros del altar de alguna capilla dedicada a San Antonio, probablemente los de la iglesia de Santa Catalina de Valencia, destruidos durante la Guerra Civil, y mencionados desde las biografías más antiguas dedicadas a Castelló. Por ello, la existencia de estos lienzos preparatorios, tenidos hasta ahora como obras anónimas, y dedicados ambos a hechos milagrosos de este santo protagonizados por animales, adquieren un interés añadido como únicos testimonios llegados hasta nuestros días de los cuadros perdidos. [...] Ambos bocetos muestran la grafía más característica de las obras de Castelló, tanto en la estructura de la composición, derivada todavía de modelos del último barroco, con ecos muy cercanos de su maestro Vicente López, mostrando una evidente habilidad en la distribución de las figuras y los escorzos, aunque descuida un tanto el rigor en el dibujo y las proporciones, a través de su técnica deshecha y aflecada, que en ocasiones causa cierta confusión en la definición de las formas; rasgos especialmente definitorios del peculiar estilo de este artista.
CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). DÍEZ, José Luis. La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano. Valencia: Fundación Bancaja, 2005. p. 71.
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