Identificado el personaje desde antiguo como un retrato juvenil del pintor Leonardo Alenza (1807-1845), la estrecha semejanza de sus rasgos con las efigies seguras de este artista así parecen confirmarlo [...]. Verdaderamente, es obra de calidad, resuelta con una mano firme y segura, que quizá pudiera ser la del propio Alenza, todavía sujeto durante este momento juvenil a los rigores académicos del dibujo prieto y el toque empastado de la retratística cortesana de esos años, encarnada por los López, transformados luego en la técnica vaporosa y deshecha tan característica de su estilo retratístico maduro, y de la que le Museo posee excelentes testimonios.