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Los alabarderos José Díaz y Francisco Torán

Imágenes

Características

Datación 1842
Materia Lienzo
Técnica Óleo
Medidas Con Marco: Altura = 160 cm; Anchura = 125 cm; Profundidad = 10,50 cm Sin Marco: Altura = 137 cm; Anchura = 102 cm
Iconografía

Retrato

Francisco Torán

José Díaz

Objeto Cuadro
Número de inventario 5229
Sala 14

Descripción y clasificación

El que está sentado viste uniforme de teniente del Real Cuerpo de Alabarderos, sosteniendo el bicornio sobre sus rodillas. Estrecha la mano a su compañero, subteniente, que se envuelve en una capa. Posan ante un fondo de arquitectura monumental, quizá palaciega, pudiéndose ver el arranque de una columna y un gran ventanal con verjas. Ambos lucen en sus guerreras numerosas condecoraciones de méritos militares, entre las que pueden distinguirse las laureadas de San Fernando. José Díaz y Francisco Torán fueron dos de los alabarderos que, al mando del teniente coronel Domingo Dulce (1808-1869) defendieron las escaleras del Palacio Real de Madrid la famosa noche del 7 de octubre de 1841, en que las tropas de los generales Concha y Diego de León pretendieron secuestrar a la pequeña reina Isabel II y a su hermana Luisa Fernanda para deponer al regente Espartero y restablecer en la gobernación del trono a la madre de las niñas, la reina María Cristina, desterrada en París. Fracasado el intento, Diego de León serí fusilado junto a la Puerta de Toledo de Madrid el 15 de ese mismo mes.

El retrato es réplica, espléndida y enteramente autógrafa, del ejemplar firmado y fechado por Bernardo López en 1842, conservado actualmente en el Museo de Bellas Artes de Valencia [...] El retrato está resuelto con un cierto aire íntimo y privado, -un tanto alejado de la habitual etiqueta castrense-, acentuado por el gesto amigable de los dos militares, que consigue atenuar cierto envaramiento de las poses, siendo, por otra parte, uno de los escasísimos retratos dobles protagonizados por militares en la pintura española de su tiempo. [...] Bernarod López hace buena gala en este lienzo de sus mejores dotes como retratista, con las que se muestra digno heredero de su padre, captando en lso rostros de los dos personajes toda la nobleza y dignidad de su ejemplar comportamiento, con un realismo directo y vibrante, aunque sin llegar al punto de refinamiento técnico del ejemplar valenciano.

Bibliografía

. "Una exposición de arte romántico". Valencia: 1955. p. 76; Archivo de arte valenciano, anño XXVI (1955). CAMÓN AZNAR, José. Guía del Museo Lázaro Galdiano. Madrid: Fundación Lázaro Galdiano, 1951. p. 126; CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). DÍEZ, José Luis. La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano. Valencia: Fundación Bancaja, 2005. p. 216; GÓMEZ MORENO, Mª Elena. "Pintura y Escultura españolas del siglo XIX". Madrid: Espasa-Calpe, 1993. Summa Artis, T. XXXV. MENÉNDEZ PIDAL, Ramón. Historia de España. 1988. MERCADER RIBA, Juan. Historia de la cultura española. El siglo XIX. 1957.