Anagrama de María
Placa rectangular, compuesta por dos piezas de bronce fundido y esmaltado en sus alveolos, y una lámina de vidrio. La primera pieza metálica consiste en un marco con dos molduras de ovas y fajas, coronadas por ccrestería de ces, esquinas con el motivo de tulipán y copete en doble ce que se remata en asa circular. Se encaja un vidrio formando una ventana de la que falta la iluminación, hoy con un fragmento de damasco rojizo. Al dorso, sujeta por cuatro pestañas, placa rectangular calada con el anagrama de María cobijado bajo corona, sobre cruz de balaustres y flanqueado por palmas. Están esmaltadas con similares colores, azul intenso, negro y blanco.
La evolución del diseño de los anagramas, las palmas, así como la presencia del motivo del tulipán, que se mantendrá a lo largo de todo el siglo, nos obliga a datar ambas piezas como tardías entre las diferentes variantes, por lo que pueden ser de los años treinta del siglo XVII. El motivo del tulipán, que también recuerda a la forma simplificada de la mano de Fátima, parece proceder de las piezas nazaríes, pero también aparece como recurso decorativo en la joyería procedente de la India, traída en las navegaciones orientales portuguesas y españolas. Este motivo pasará posteriormente a la joyería sefardí de Marruecos, donde se denominaba "rarnati", o garnati, esto es, granadino, quizás en alusión a ese primer origen hispanomusulmán. Además de la presencia de este motivo islamizante, la distribución y selección de la paleta cromática recuerda algunas decoraciones mudéjares, especialmente cerámicas, lo que resulta factible tras la época del manierismo, en que el mudéjar se incorporó, con sus lacerías quebradas y los motivos de atauriques, a los repertorios decorativos europeos.
ARBETETA MIRA, Letizia. El arte de la joyería en la colección Lázaro Galdiano. Segovia: Caja Segovia-FLG, 2003. p. 141, nº 111. CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950).
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